miércoles, 25 de septiembre de 2013

Las no lentejas con San Juan de la Cruz

Quizás Pablo hubiera deseado un no homenaje. Y lentejas. Pero con la Sala Orive a rebosar y más de 250 personas arremolinadas -no había sillas suficientes, el espacio de los laterales no bastaba, ni un hueco atrás y hubo quienes se quedaron fuera- en torno a su figura y los paraguas, no había marcha atrás.  Inaugurábamos Cosmopoética 2013 y todas las miradas estaban puestas en ese antiguo muchacho, "novísimo antes de los Novísimos". Tras la bienvenida oficial del alcalde José Antonio Nieto, Antonio Garrido Moraga se deshacía en halagos y palabras puras para Pablo y su obra, que ha reunido ahora en la antología Esplendor de la belleza, editada por el Ayuntamiento de Granada con motivo de la concesión del Premio García Lorca.

Antonio Garrido Moraga durante su intervención. Fotografía de Lola Araque

"Todos lo premiados hablan de su obra. Pablo, en la entrega del Premio Federico García Lorca, no. Habló de Córdoba y de Granada, de Góngora y de Lorca", precisaba Garrido Moraga, para finalmente sentenciar que "A Pablo no le gusta esto. Lo que le gustaría es tomarse unas lentejas con San Juan de la Cruz". Puede que a Pablo no le gusten los homenajes en exceso, que prefiera simplemente ese sentirse querido, de manera natural y cotidiana, por los poetas de la ciudad -aludía a su relación estrecha con poetas jóvenes y no tan jóvenes de Córdoba como Joaquín Pérez Azaústre, José Luis Rey, Raúl Alonso, Juan Carlos Reche y Juana Castro, entre otros- pero los merece, porque su poesía, "actualísima siempre", no puede separarse de la ciudad.

Cuando dejaron que Pablo alzara la voz, llegó la réplica, que, al fin y al cabo, Antonio y él se conocen desde su infancia en Málaga -"mi infancia de cuarenta años", precisa García Baena- y Pablo hace extensible a la amistad aquello que decía Machado con respecto al amor, que "hay que ponerle siempre un poquito de exageración". Y, así, con toda la ternura y la cercanía de quien apenas precisa unas lentejas con San Juan de la Cruz, bromea: "Antonio es como una procesión de la Semana Santa malagueña: exagerado." Precisamente de exageraciones ingeniosas estaba repleta la intervención de ambos. Después, una vuelta a la poesía.

Pablo García Baena, el homenajeado. Fotografía de Lola Araque

"Sigo intentando hacer poemas, sigo intentando ser joven". Pero no se trata de que lo intente. Lo es. Lo es porque cuando la música cesó -canciones de Ramón Medina Hidalgo, con letra de García Baena, con el tenor Juan Luque y el pianista Antonio López- y Marisol Membrillo y Juan Carlos Villanueva tomaron la palabra, para recitar poemas de Pablo, llegó "Palacio del Cinematógrafo". Impares. Fila 13. Butaca 3. Te espero como siempre. Tú sabes que estoy aquí. Te espero. La sala enmudeció. La piel de gallina. Las voces de Marisol y Juan Carlos hacían vibrar la grieta de Orive. Luego, aplausos, más aplausos, porque ya sabes dónde estoy: impares, fila 13. Pablo, siempre joven. Quizás por eso, y por buscar un no homenaje estilo lentejas con San Juan de la Cruz, escogiera el poema "Edad", de Los Campos Elíseos (también leyó "Las rosas", un poema inédito de "un libro que Chus Visor está deseando que termine"), para recalcar esos primeros versos: Si yo fuera mayor,/ lo cual parece casi imposible,/ amaría los ríos limpios entre las aneas.
Marisol Membrillo y Juan Carlos Villanueva durante la lectura de poemas. Fotografía de Lola Araque

Como broche final, Cervantes miró a Pablo. El alcalde le entregaba un cuadro de un artista cordobés con el motivo del autor que da nombre al Premio todos ansiamos que recaiga en nuestro Querido Pablo, cual presagio o promesa. No será el último homenaje y Cosmopoética no ha hecho más que empezar...


pálida señorita del paraguas

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