jueves, 5 de septiembre de 2013

Desde el tejado del mundo

La provincia de Qinghai, conocida como el tejado del mundo, es una tierra cercana al sol y la poesía. Las emociones se entrelazan en un país insólito, cuya historia y realidad rezuman ilusión y leyenda. Cualquier conjetura o sueño quedan desbordados por el fascinante espectáculo de lo desconocido, siempre en el clímax de la tentación. Difícilmente el viajero podrá olvidarse de las sensaciones y sonidos que, en esta cúspide geográfica de bosques pétreos y lagos infinitos, sacuden el corazón y el pensamiento. En esta tierra todas las emociones superan el límite de lo ordinario. Cimas nevadas, vastas praderas y olas límpidas avivan la inspiración creadora. Los antiguos templos de silencio insondable te harán sentir que estás caminando en otro mundo. Y frente a esta soledad sagrada, frente a la belleza serena de la vida pastoral, encontrarás el bullicio incesante de miles de personas deambulando entre las piedras milenarias y el rutilante espejo de la modernidad. En la provincia de Qinghai nacen el Yellow River, el Yangze River y el Lancang River, recorriendo como grandes arterias una región que es cuna de la música y la poesía, a la que me trasladé guiado por la sabida mano de David López, interlocutor excepcional con quien compartí los primeros días en la exótica Beijing, umbral obligado de esta singular singladura.

El 8 de agosto se inauguraba, en el Qinghai Meeting Center, el Cuarto Festival Internacional de Poesía Lago de Qinghai. Algunos de los más importantes poetas de China y del extranjero participaron en esta ceremonia de apertura donde se dieron cita varios líderes políticos de la provincia de Qinghai, especialmente el ministro Jidi Majia, Presidente asimismo del Festival, y algunos otros líderes de los Ministerios de Estado. A continuación de esta ceremonia, algunos poetas nacionales y extranjeros aportaron sus puntos de vista sobre la creación individual y la repercusión social de la poesía. En nombre de la comunidad hispanohablante tomaron la palabra Denisse Vega Farfán, proveniente de Perú, y Manuel Gahete, de España.

El 9 de agosto se celebraba la ceremonia de entrega del Premio Internacional de Poesía en la Plaza de la Poesía de Lago Qinghai. Con el azul de las aguas como horizonte se hacía entrega al poeta Adonis del “Antílope tibetano de oro”. Tras los correspondientes discursos atendidos por una plétora de medios, ofreció un magnífico concierto la Orquesta Sinfónica de la Compañía de Canto y Danza Nacional de la Provincia de Qinghai, con el sugerente título “Mimar la imaginación”. Posteriormente, los escritores asistentes firmamos en el Muro de la Poesía, rúbrica que más tarde quedaría plasmada en piedra. 

Durante los días 10 y 11 de agosto, los poetas fuimos invitados a visitar el Templo del Emperador de Jade, el Palacio de Nanhai, los Monasterios Taer y el Parque Geológico, a fin de empaparnos de todos los materiales que sustentan el espíritu de la poesía china. A veces, hemos tenido la sensación de escuchar el sonido de las herramientas de piedra de los antepasados esculpiendo grandes budas en la piel y el interior de las montañas. Un eco inmarcesible que evoca, en la memoria de los nuevos poetas, himnos ancestrales. 

Seis grandes recitales han configurado este cuarto Festival Internacional de Poesía del Lago Qinghai: “El espíritu de la tierra sagrada", “La libre imaginación de la naturaleza”, “La noche en el Highland”, “Romance de poesía y vino”, “Templo de libros” y “Lírica de otoño”. En los diferentes escenarios (templos, plazas, jardines y parques naturales de la provincia de Qinghai y su capital Xining), la voz de los poetas, expresando emociones sublimes, cobraba una dimensión inconmensurable. Poetas de Argelia, Argentina, Armenia, Austria, Bosnia Herzegovina, Bulgaria, Canadá, Chad, Colombia, Croacia, Cuba, República Checa, Egipto, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Haití, India, Indonesia, Israel, Italia, Japón, Letonia, Lituania, Malta, México, Corea, Perú, Rumania, Rusia, Arabia Saudita, Serbia, Singapur, Eslovaquia, Eslovenia, España, Siria, Estados Unidos de América, Uzbekistán, Venezuela, Vietnam y China compartimos, a través de la palabra y la mirada, con el mismo aliento solidario, la urgente necesidad de la paz y la unión entre los pueblos.

En la noche del 11 de agosto, un grandioso concierto de música, titulado "Poemas del ser humano”, resonó en el espléndido espacio del Qinghai Grand Theater. Los más prestigiosos cantantes de recitación de la Compañía de Canto y Danza Nacional de la Provincia de Qinghai convirtieron los poemas, con sus fascinantes modulaciones, en un conmovedor homenaje a la naturaleza y la poesía. 

 Manuel Gahete 
Crónica elaborada para el Cosmoblog
No te pierdas el álbum de Facebook con algunas de las fotos del Festival

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En el Cosmos faltaba decir...