miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mañanas sobre ruedas

Dos jóvenes poetas han decidido pasar su mañana sobre ruedas, entre autobús y autobús, para comprobar cómo suenan sus poemas en voces de otros. Les han indicado dónde deben encontrar al hombre del paraguas, para unirse a él y enlazar un recorrido con otro en Flash-bus. Esperan en la parada de autobús de Cruz Roja, impacientes, encontrarse con el hombre del traje negro y bombín, esto es, con Máximo, que les explica antes de iniciar su recorrido que estas performances en los autobuses acontecen en un momento especial, en un tiempo intermedio en el que la gente se traslada. Puede que aprovechen este desplazarse para leer o hablar por teléfono o que, simplemente, dejen pasar el tiempo y, en ese caso, viajar en autobús se convierte en un estar consigo mismo. “Interrumpir en la vida de otro es un reto”, advierte Máximo, que califica su trabajo como “descarado y sinvergüenza”.


Sigilosamente se acerca a unos y otros. A veces, se sienta al lado de los viajeros. Otras, simplemente se aproxima a ellos y comienza a susurrar unos versos. Los rostros perplejos del inicio dan paso a sonrisas y asentimiento. Como premio, una de las postales de “Parejas Creativas” y un “esto es Cosmopoética; que pase un buen día”. Máximo es tremendamente delicado y observador. Señala la importancia de saber escoger a quién dirigirse, quién puede estar receptivo, y respetar para ser respetado.
María Sánchez, Antonio, inspector de Aucorsa, y Máximo Ortega, justo antes de iniciar el recorrido

Antonio, el inspector de Aucorsa que les acompaña, se queda junto al conductor de autobús y sonríe. En su rutina diaria, a estas horas, estaría controlando los billetes, supervisando los recorridos, desviando el tráfico… Pero esta semana ha pasado “de inspector a guardaespaldas” y, la verdad, está encantado. Para a unos y a otros, muestra a Máximo, orgulloso, e, incluso, comenta con él lo que funciona mejor entre el público. Esta mañana le acompañan además dos jóvenes poetas y está aún más contento si cabe, muy atento de que Máximo y las chicas cambien de autobús cuando este se queda más vacío y de que ellas lleven a mano su bonobús, para que les resulten más económicos los viajes.

A las 12 toca intercambio en Renfe. Máximo cede el testigo a Ángel, un científico que regresa a Córdoba cuarenta años después, y Javier, un militar que regresa de la guerra. A estas alturas, Ana ya ha escuchado doce veces su poema “Decapitación” en la voz de Máximo, pero María aún está expectante por saber cómo sonará el suyo a través de este peculiar militar. 
Ángel y Javier, durante su actuación

“Las doce y veinte de la mañana y por fin encuentro el autobús que lleva a Cosmopoética”, anuncia Ángel, y una señora rápidamente comenta: “¡Es verdad! Esta es la semana de la poética”, mientras otra precisa: “Yo vi que ibais a estar en los autobuses”. Ángel y Javier hoy realizarán su espectáculo de manera conjunta. Han comprobado que funciona mejor entre público, que los viajeros interactúan más así, llegando a conseguir que se animen a repetir algunos versos y despertar aplausos. Ángel, entre poema y poema, y maleta y cámara de fotos, está a punto de caerse en medio del autobús. Javier recita con voz firme los versos de María y ella se pone algo nerviosa. Después, sonríe. Nunca pensó que su poema encajaría en los labios de un militar, pero sí, y emociona al público. Antonio se lo pasa en grande y se llena de orgullo con cada tanda de aplausos, sin perder de vista los trasbordos entre líneas.

Al bajarse del autobús un hombre grita: “¡Seguid con el arte y que nos quiten la prima de riesgo!”. Eso.

Pálida señorita del paraguas

PD: Las tardes también pueden ser sobre ruedas, en horario de 18 a 20h. Estos días toca recorrer la ciudad en Flash-bus. No dejéis de montaros en uno antes del 28 de septiembre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

En el Cosmos faltaba decir...