martes, 25 de septiembre de 2012

La libertad salvaje de la danza

LA Pública, la compañía de Paco Nevado, Antonio Blázquez y Pablo M. Cabeza de Vaca, auguraba una propuesta distinta, extravagante, y compleja, por su multidisciplinariedad, con "Tratado para una vida elegante". La actualización de fotos continua en su blog ya nos ponía en antecedentes sobre lo que nos esperaba en la Sala Polifemo del Teatro Góngora (subir por esas escaleras mecánicas es solo el comienzo de la experiencia). El público ocupaba sus asientos sabiendo que se iba a topar con el hombre del traje gris, con un ciervo y con una pequeña casa de papel. Intuía que habría vídeo y música, pero de ninguna manera esperaba que las piezas del puzzle, de todo el proceso creativo al que hemos asistido como observadores inquietos a través de su blog, fuera a completarse para configurar una experiencia estética tan intensa.


 Fotografía de Lola Araque

Desde el primer momento, el hombre del traje gris increpa al espectador con su Deja al hombre muerto decir por qué es un hombre muerto. Después, el micrófono recorre el cuerpo y explora distintas lenguas para finalmente detenerse en el lenguaje de la danza. Es a través de la danza como este individuo se enfrenta al medio. Quizás porque al preguntarse lo que es necesario conocer para ser poeta, se nombran las plantas, los animales, el amor, la vida, la muerte… pero sobre todo se apela a la libertad de la danza.

Con una escenografía preciosa, en la que imperan lo frágil y lo efímero, que se construye y deconstruye a lo largo del espectáculo, y una banda sonora en directo en su mayor parte, Tratado para una vida elegante se presentaba ayer por primera vez en público, pero continuará en evolución. No es sino un work in progress repleto de referencias clásicas, como nosotros, como el hombre muerto que merece poder mostrar el porqué de su rabia, de su dolor, a través del cuerpo.
 

 Fotografía de Lola Araque

No contaremos mucho más, porque las experiencias estéticas son para participar de ellas, no para describirlas, y aún estamos a tiempo de disfrutar de un pedacito de este tratado de vida que nos proponen Pablo Nevado, Antonio Blázquez y Pablo M. Cabeza de Vaca, cada uno aportando lo mejor de sí en su disciplina. Eso sí, no acudamos a la Sala Polifemo a buscar respuestas, sino a acumular preguntar y a dejarse seducir por una estética sonora y visual muy potente que embriagará a los fans de Dogville.

Pálida señorita del paraguas

PD: Si, tras verla, sigues buscando respuestas, quizás te interese la entrevista que les realizaban en 360ºMagazine.

PD (2): Ya tenemos en Facebook algunas de las fotos del estreno de ayer.

1 comentario:

  1. Buena crítica. También hubo un pequeño guiño al sketch del vaso de Tip y Coll. La danza,además, dolía a veces. Imagino que es el precio de la libertad.

    Enhorabuena por el post.

    Celia Montale.



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