viernes, 27 de septiembre de 2013

El primer cosmoconcierto encerrado en un mapa



Hay conciertos que llegan como si de un mapa se trataran y se quedan ahí, mirándote fijamente, como si fueran capaces de leerte por dentro. Son conciertos para encontrarse, en el sentido más absoluto y rotundo de la palabra, porque qué es eso de Mester de Juglaría, quiénes son los antes Trovadores, dónde está el Teatro Góngora, qué hacemos aquí, en Córdoba, celebrando la poesía con la que está cayendo, cuándo el verdadero otoño y la lluvia... Y, de repente, acontecen esas coordenadas en un mapa, en un intento por apuntar hacia la Sala Polifemo como el nuevo cuartel de operaciones de la unión de música y poesía en Cosmopoética, y sorprenden, verdaderamente. Juan Luis Pineda, Alejandro Luque y Daniel Cortés, con su proyecto "Coordenadas", plantearon un cruce de caminos en el primer cosmoconcierto de esta décima edición, repleto de toques nostálgicos e intentos de huida.

Fotografía de Lola Araque
Alejandro Luque, al que escuchamos por la tarde en el primer recital de Poetas del Mundo, abría el concierto recordando a Tonino Guerra -"que no pudo estar en Cosmopoética"- con el poema "Casa de los pájaros", porque "ahí van los poetas, sintiéndose a veces dueños del aire". Y allí fueron ellos, Juan Luis, Alejandro y David, adentrándose poco a poco, sutilmente, en las historias de todos los asistentes. Sin darse cuenta, con ese "voy buscando coordenadas que me ayuden a encontrar tu posicion", perfilaron un viaje hacia el interior de esos mapas que nos definen, por los nombres que encierran, pero "que, en el momento preciso, te abandonan en un cruce de caminos".  

Entre canción y canción, lecciones vitales concentradas en las intervenciones de Juan Luis, que habló de la normalidad del "encontrarse y el desencontarrse" -que pensamos que eso es cosa del azar, pero no: es el deseo-, de "la naturaleza de las puertas", que es abrirse pero también cerrarse, porque hay puertas "que cerrar para admitir derrotas", de las "olas que merecen ser asumidas de golpe", de esos tiempos (en el amor y en la política) en los que "todo está por hacer"..., que, al fin y al cabo, como se dice en "Agua de mayo", las canciones están "para hacer que las cosas que no pasaron puedan pasar".

 Fotografía de Lola Araque

Algo más de una hora en la Sala Polifemo y pasó el amor, el desamor, pasaron las ciudades (Madrid, la Calle Plocia de Cádiz...), las dudas -recordaron que Caballero Bonald, cosmoinvitado de la novena edición de Cosmopoética, decía que aquel que no duda es un imbécil-, algún "Delirio" y todo para "descubrir que al final todo era un viaje a ninguna parte”. A ninguna parte. A la Sala Polifemo del Teatro Góngora. En sí, hacia dentro [con suerte, puede que ese viaje se haga con otro de nuestros juglares -de melena larga y ojos templados- como copiloto, en la silla de al lado, como le sucedió a Pálida], hacia lo que falló en esa historia de amor encerrada en el poema "Para Laurence" de Carlos de Edmundo de Ory, que también pudimos escuchar. Estas solo han sido las primeras coordenadas en la hoja de ruta de nuestros Juglares. Hoy seguimos con Pauline en la playa. Una vez situados en el mapa -en esta ciudad, en el Festival, en el Teatro Góngora...- es el momento de sentenciar que "El mundo se va a acabar" y tararear hasta las 21,30h...

Pálida señorita del paraguas


PD: Más sobre Coordenadas.

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